Para tener en cuenta. Canalización de la vía venosa periférica

Para tener en cuenta. Canalización de la vía venosa periférica

Observaciones para evitar infección y complicaciones

  • Los profesionales sanitarios no portarán sortijas, pulseras, uñas pintadas, y en general cualquier cosa susceptible de ser el nido de gérmenes.
  • Informar el enfermo que al ser portador de un catéter venoso deberá tener unos cuidados en cuanto a movilización que no lo imposibilitan pero sí que son condicionantes (si la vía venosa está en flexura, deberá procurar no doblar el brazo para evitar roturas u obstrucción del catéter).
  • Ante la existencia de pelo en la zona de inserción se recomienda cortarlo antes que rasurar para evitar producir microlesiones cutáneas.
  • En cada intento de inserción utilizar un catéter nuevo. Aconsejable no tardar más de 25 minutos desde la primera punción para canalizar una vía venosa. (Buena práctica).
  • En los adultos, utilizar las extremidades superiores para la inserción del catéter. Cambiar cualquier catéter insertado en una extremidad inferior a una extremidad superior el antes posible. (Categoría II).
  • En los pacientes pediátricos, se pueden usar las extremidades superiores o inferiores, el cuero cabelludo (neonatos o lactantes) como sitios de inserción de un catéter. Categoría II. (Categoría II).
  • Seleccionar los catéteres en función del objetivo buscado y la duración del uso prevista, de las complicaciones infecciosas o no infecciosas conocidas (flebitis e infiltración), y de la experiencia del profesional. (Categoría IB).
  • No se deben utilizar agujas de metal para la administración de fluidos y medicación que pueden causar necrosis de tejidos. (Categoría IA).
  • No canalizar de manera rutinaria una vena si no se va a utilizar.
  • Las venas recomendadas para tratamiento IV son (por este orden): dorsales, metacarpianas, radial, cubital, basílica y cefálica, yugular externa y epicraneales en los neonatos, eligiendo aquellas donde no existan signos de punción previa, ni lesiones de la piel, buscando la mayor comodidad para la enferma, teniendo en cuenta la duración de la terapia, tipo de fluidos, ritmo, miembro dominante o la preferencia del enfermo y su movilidad en la zona elegida.
  • Informar al paciente sobre la selección de la vena, se recomienda primar la seguridad frente a la independencia de movimientos del paciente. (Recomendación Fuerte)
  • Evitar las venas de MMII por riesgo de trombosis, y en el caso de ser imprescindible por la urgencia, debemos canalizar una nueva vía en el miembro superior lo antes posible.
  • No emplear la extremidad afectada en un enfermo al que se le practicó una extirpación ganglionar (con linfadenectomía).
  • Evitar dentro de lo posible la extremidad afectada por un ACV.
  • No utilizar las venas de un miembro con fístulas arteriovenosas, quemaduras, lesiones cutáneas, zonas esclerosadas y doloridas.
  • No canalizar las venas varicosas o trombosadas.
  • No canalizar nunca una vía periférica por encima del lugar de inserción de un catéter central de acceso periférico.
  • Evitar dentro de lo posible canalizar el miembro dominante, prominencias óseas y áreas de flexión.
  • Procurar que el punto de inserción no dificulte las actividades diarias del enfermo.
  • La palpación del lugar de inserción no se debe hacer después de aplicar antiséptico en la zona.
  • En pacientes que lo precisen, y siempre en pediátricos, se valorará la utilización de férula de inmovilización, fijándola con esparadrapo hipoalergénico sin rodear completamente el miembro, y cubrir con una malla elástica, para asegurar la correcta fijación de la vía. La fijación se realizará lo más distal posible del punto de inserción, y procurando no ejercer presión excesiva por riesgo de heridas y/o úlceras.
  • En enfermos con tratamiento intravenoso continuado o urgente y con dificultad de acceso venoso, si el catéter está permeable y no hay signos de flebitis, no debe retirarse la vía hasta que no tengamos una nueva vía funcionando.

 

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