Para tener en cuenta. Adm. medicación SC.

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Para tener en cuenta. Adm. medicación SC.

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    Las zonas de inyección subcutánea más frecuentes son los brazos (zona superior y anterior), abdomen (dejando 5 cm el alrededor del ombligo), región escapular, glúteos y lateral de los muslos. En el caso de la administración continua la zona de elección será la región infraclavicular.
    En algunas inyecciones subcutáneas ya cargadas no es necesario purgar el aire que presenta la jeringa, ese mismo aire sirve como tapón para que no refluya la medicación.
    Medicaciones que necesitan almacenarse en el frigorífico para su conservación (vacunas). El lugar idóneo dentro del frigorífico es en el centro del mismo, no pegado a las paredes ya que se congelan y modifican a las propiedades del fármaco.
    Cuando se administre heparinas de bajo peso molecular precargadas, se administrarán en la zona abdominal (zona de preferencia), muslos, brazos; no se purga, no se aspira y no se masajea para evitar la aparición de hematomas.
    De manera excepcional en pacientes anticoagulados haremos una ligera presión sobre la zona tras la inyección para evitar sangrados.
    En la administración de medicación citotóxica no purgar la aguja de la inyección con la finalidad de prevenir complicaciones locales (al penetrar la aguja puede provocar irritación por contacto directo del citostático con otros tejidos próximos con los que tenga contacto.
    Asegurar la rotación de las zonas de punción para evitar lesiones en el tejido subcutáneo que pueden dificultar la acción del tratamiento, sí es una medicación de frecuencia moderada dejaremos registrada la rotación, para tener en cuenta en las sucesivas administraciones. Se recomienda diseñar un sistema propio para hacer la rotación de las zonas de inyección, que ayuden a cambiar la zona anatómica de manera rutinaria.
    Para una absorción consistente y para minimizar las complicaciones cutáneas, se recomienda seguir un patrón de rotación de la zona de inyección dentro de una zona anatómica. En el caso de insulina, aplicar la inyección en el muslo solo en caso de que no sea posible en la zona abdominal.
    El tejido adiposo está muy poco vascularizado con respecto al tejido intramuscular.
    La elección de la zona dependerá también de la velocidad necesaria de absorción, elegiremos abdomen para absorciones más rápidas como es el caso de insulinas de acción rápida y ultrarrápida y glúteos para una absorción más lenta insulinas de acción lenta para garantizar la duración (lantus, levemir, abasaglar, tresiba, etc.).
    Si fuera preciso, educar al paciente y a la familia/cuidador en la técnica de la inyección, conservación y transporte del medicamento.
    Las contraindicaciones más comunes de la vía subcutánea son: coagulopatías, mala perfusión del tejido celular, infecciones en el punto de inserción y edema generalizado. También están contraindicados por la vía subcutánea las soluciones hipertónicas (riesgo de necrosis) y los medicamentos liposolubles (corticoides...) ya que pueden provocar una reacción irritante en la piel y porque son acumulativos.
    En la hidratación subcutánea (hipodermoclise) el volumen máximo a administrar será de 500 ml a 1500 ml cada 24 horas.
    Si el paciente está muy caquético cuando el volumen a infundir es importante se recomienda introducir la palomilla con el bisel hacia abajo. (Grado C)
    En la administración continua o en bolos se puede mantener la palomilla hasta 7 días si no surgen complicaciones (dolor, induración, hemorragia, eritema o infección). ES fundamental a vigilar el lugar de punción.
    En pacientes con bomba de insulina ISCI debe cambiarse el catéter y la zona de inyección cada tres días para que la zona no se sature y la absorción de insulina sea la correcta.
    Sustituir el apósito de la zona de inserción del catéter sí está húmedo, flojo o visiblemente sucio.
    Observar la zona de inserción del catéter diariamente, con el fin de comprobar la sensibilidad.
    Detectar signos de infección local (eritema, edema, calor, rubor....)
    Tras la administración de medicación citotóxica tenemos que vigilar el enfermo por lo menos los primeros 30 minutos.
    Los catéteres utilizados en la vía subcutánea, no precisa heparinización.
    En caso de administración de insulinas cargar en primer lugar la insulina rápida y después la lenta, rotar a diario las zonas de inyección.
    Las plumas de insulina son de uso individual, verificaremos siempre que la pluma corresponde al paciente correcto.
    En la utilización de infusores cuando la medicación a administrar es fotosensible habrá que poner medidas de protección necesarias.
    Hay que tener en cuenta que situaciones especiales tales como fiebre, mala perfusión periférica, etc. pueden alterar la duración de la medicación del infusor.
    La perfusión subcutánea continua permite administrar volúmenes totales mayores, mantiene concentraciones plasmáticas uniformes, evita manipulaciones y presenta mayor comodidad para lo paciente y para el equipo sanitario.
    La administración subcutánea en bolos es mas sencilla, más útil en situaciones de necesidad de control sintomático rápido, está limitada a pequeños volúmenes, generalmente menores de 3 ml.

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