- Asegurar la compatibilidad del fármaco con otros que se estén administrando, en

caso de duda no administrar y consultar el Servicio de Farmacia.

- Vigilar la estabilidad del fármaco una vez disuelto.

- No administrar los medicamentos por vías o luces donde se estén infundindo fármacos vasoactivos, soluciones de bicarbonato, nutrición parenteral, perfusións de insulina o hemoderivados.

- En caso de perfusión continua cambiar el sistema de suero cada 96 horas (categoría IA).

- En caso de perfusións intermitentes o de sangre, hemoderivados y/o soluciones

lipídicas cambiar el sistema de infusión correspondiente con cada nueva administración(categoría IA).

- Se existen dudas ante dosis no usuales, efectuar doble control con otro personal

del equipo.

- Siempre realizar doble control cuando se administren medicaciones de alto riesgo.

- Ante cualquier signo de extravasación y/o flebitis detener la infusión, actuar según protocolo y canalizar nueva vía venosa.

- No es recomendable perfundir más de un medicamento diluido en el mismo suero.

- Administrar el fármaco a temperatura ambiente.

- Vigilar, durante la infusión, que el medicamento y el resto de las perfusións mantienen el ritmo prescrito.

- Si el fármaco que se va infundir es incompatible con la perfusión continua, detener esta, a ser posible, y realizar un lavado de la vía con 2-3 cc de suero fisiológico antes y después de la infusión. En el caso de no ser posible detener la perfusión, se debe administrar por otra vía intravenosa.

- Asegurar la permeabilidad de la vía tras su uso, lavando el catéter con suero fisiológico en el caso de vía venosa o sellando con heparina sódica, en el caso de reservorio subcutáneo, indicada para lo dicho uso.

- Se deben tener en cuenta las consideraciones especiales de eliminación de los fármacos tras su uso.

- Comprobar fechas de caducidad del material y medicación.

- Educar el paciente y la familia/cuidador (si fuera preciso) en posibles efectos adversos y la necesidad de que los comunique, ante la aparición de dolor, ardor, sangrado en la zona de punción y/o salida accidental de la perfusión para que avise al profesional de enfermería, y en la prohibición de manipular el sistema de infusión.

- En determinados pacientes como pueden ser los pacientes pediátricos, ancianos, pacientes con insuficiencia renal o en casos de pacientes con cardiopatías de base, es

preciso valorar el volumen de dilución para no producir sobrecargas vasculares. Los posibles signos de sobrecarga vascular son: taquicardia, taquipnea, hipertensión y distrés respiratorio).