Administración de medicación por vía subcutánea

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Administración de medicación por vía subcutánea

Procedimiento actualizado en 2019

Este procedimiento tiene como finalidad estandarizar los criterios de actuación en la utilización de la vía subcutánea, con el fin de reducir la variabilidad clínica incorporando a las mejores prácticas en la actividad asistencial.
 
La vía subcutánea es una vía de administración bastante segura, sencilla y cómoda para el paciente. Es una técnica de fácil manejo tanto para el personal sanitario como para cuidadores y familiares. El acceso al tejido celular subcutáneo se realiza con agujas de pequeño calibre, siendo una técnica poco agresiva, no dolorosa, con mínima complicación de tipo local (eritema, induración o infección localizada), de bajo coste, que permite su utilización en el domicilio, no requiere vigilancia hospitalaria, permitiendo una mayor autonomía y calidad de vida del paciente.
 
La vía subcutánea se utiliza en aquellos casos en el que se desea una absorción lenta, mantenida y controlada de un fármaco. Por lo general, el control de la sintomatología mediante el uso de la vía subcutánea como alternativa a la vía oral, es una de las opciones más frecuentes para el manejo de los pacientes paliativos, tanto para administración de fármacos, preferentemente hidrosolubles (son menos irritantes y no se acumulan en el tejido), de forma intermitente o como administración continua mediante infusores (elastoméricos, de jeringa, peristálticos o electrónicos) o en bolus.
 
La administración de fármacos o drogas por vía subcutánea, en infusión continua o intermitente (hipodermoclisis) o bolo, supone una técnica muy útil, permitiéndonos usar diferentes principios activos a un volumen muy lento y reducido (máx. 2 ml en bolo o 50 ml/h en infusión), y en caso necesario y de urgencia puede proporcionar una hidratación adecuada. En otras ocasiones, la vía subcutánea se utiliza para administrar micro-partículas compactadas (entre 0,5-1,5 mm) que se depositan en la piel a través de un trocar para liberar gradualmente diferentes fármacos (corticoides, hipoglucemiantes, terapia hormonal...) o sustancias microencápsuladas (vitaminas, aceites,...).
Por lo tanto, existen distintas situaciones donde cualquier paciente se puede beneficiar del uso de esta forma de administración de fármacos, pudiendo considerarse como una alternativa para el tratamiento sintomático o curativo cuando otras vías de administración no son apropiadas, son inadecuadas o cuando los síntomas precisen un mayor control que el obtenido por vía oral o gástrica.
 
Tienes mas información sobre el procedimiento en los distintos apartados de la información asociada.

 Autores vía SC 1CAS.JPG

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