En caso de que no se formarse la pápula al inyectar la medicación, es que se realizó la punción muy profunda, valorar repetir la prueba (nivel IV).
En el caso de repetir la prueba, el nuevo lugar de inyección debe situarse al menos a 5 centímetros del primero.
Si la inyección intradérmica es para el test de tuberculina (Mantoux) o para pruebas de alergia, rodear la zona de inyección con un rotulador imborrable trazando uno circulo de entre 2 y 4 centímetros de diámetro, se debe tener precaución de no frotar ni lavar la zona de inyección, incluyendo el círculo pintado. No cubrir la zona con ningún material (apósito, gasas, pegatinas...).
La dosis de medicación por vía intradérmica suele ser entre 0,1 y 0,3 ml.
La zona de inyección más frecuente es la cara anterior del antebrazo, cuatro dedos por encima de la flexura del pulso y dos dedos por debajo de la flexura del codo; también se pueden utilizar otras zonas como la parte anterior y superior del tórax, por debajo de las clavículas y la parte superior de la espalda, a la altura de las escápulas.
Deben evitarse las zonas con manchas, lesiones, pelo o tatuajes (nivel IV).
Es importante tener conocimiento de la técnica de inyección y de los fármacos que se administran (grado B).
Vigilar al paciente para detectar precozmente efectos adversos producidos por los fármacos administrados.
Una técnica incorrecta puede dar lugar a úlceras locales, abscesos o queloides (nivel IV).
Preparar el carro de reanimación por si el enfermo fuera alérgico al antígeno inyectado, en el caso de pruebas de sensibilidad.
En el caso de utilizar viales multidosis, rotular y comprobar siempre la fecha de apertura en el vial.