Cualquier paciente que precise un acceso vascular debe ser sometido a una valoración proactiva con la finalidad de escoger el dispositivo adecuado. Esta valoración se realiza en función de un algoritmo de actuación y atendiendo a:
• Tipo de terapia prescrita
• Urgencia de la necesidad
• Duración prevista de tratamiento
• Estado del capital venoso del paciente
• Disponibilidad de dispositivos
• Capacidad para utilizarlo, cuidarlo y solucionar posibles complicaciones.